La leyenda de los ratones y el queso, según fuentes fiables como Yahoo respuestas, es falsa. Parece que a los ratones les gusta más la fruta y las semillas, que el queso. Aunque por comer, comen de todo. Si ven un trocito de queso, mejor oloroso, van a ir a por él. Con lo cual, este gif es medio verdad. ¿Quién empezaría con esta leyenda?
Una última curiosidad: navegando entre quesos he encontrado los World Cheese Awards, que se celebraron en San Sebastián el año pasado. El premio al mejor queso español fue para Cremositos Del Zujar, una torta extremeña que debe de estar deliciosa. ¡Yo pienso probarla!
Dejamos los ratones y los premios a un lado y nos centramos en las interacciones del queso con algunos medicamentos.
Algunas de estas interacciones se deben al calcio que posee el queso. Algunos antibióticos como el ciprofloxacino (puede que te lo hayan recetado alguna vez para una infección de orina) ven disminuida su absorción por la presencia de calcio, entre otros. Estos antibióticos deberán administrarse 1 ó 2 horas antes o al menos 4 horas después de la ingesta de estos productos.
Por otro lado, si tomas medicamentos contra la osteoporosis (Fosamax®, Acrel®, Actonel®, Bonviva®, Fosavance®…) también deberás espaciar las tomas entre el queso y estos medicamentos. Esto no quiere decir que no puedas tomar nada de leche ni de derivados lácteos, simplemente significa que debes tomarlo por separado. Recuerda, no es lo mismo comerte 1 kilo de queso tú solo, que un trocito pequeño. No seamos alarmistas.
Por último te quería contar una peculiaridad de la tiramina, presente, entre otros alimentos como el vino tinto, en quesos curados. La tiramina deriva de la tirosina, un aminoácido. Esta amina proporciona a los alimentos su sabor y aroma característicos, pero tiene un lado oscuro. La mezcla de vino tinto y queso para la mayoría de los mortales es una delicia, pero para los que sufren dolores de cabeza, puede ser un infierno.
Aunque la causa de los dolores de cabeza es multifactorial (historia familiar, estrés, cambios hormonales…) un pequeño porcentaje se puede atribuir a la alimentación. Aparte de queso curado podemos encontrar en este grupo alimentos en escabeche, en conserva o marinados, la col fermentada y frutas como el aguacate, las frambuesas y los plátanos. Aparentemente, las personas que padecen dolores de cabeza no son capaces de metabolizar estas sustancias con suficiente rapidez, por lo que éstas permanecen más tiempo de lo normal en el organismo y provocan el característico dolor de cabeza.
La tiramina de los quesos también podría reaccionar con un tipo de antidepresivos, los IMAO. Se podrían producir crisis hipertensivas, cefaleas intensas, náuseas y palpitaciones. La parte buena es que estos antidepresivos están en desuso y ahora se utilizan otro tipo de antidepresivos más seguros.
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